Bienvenido a Creciendo Geek , una característica permanente en la que echar un vistazo atrás en nuestra juventud y contar historias de crecer a los nerds que somos. Hoy en día, tenemos nuestro propio Editor Asociado, Joseph Volpe .
Vamos a sacar esto de la forma. Yo no crecí un friki, yo era un brujo atrapado en el cuerpo de un niño ronca. O, por lo que logré convencer durante años, que llevaba poncho argentino de mi madre, y blandiendo un bastón de madera tallada (mi varita, ¡ejem!) Y una canica de cristal amarillo - todas las fichas de mis habilidades mágicas extendida. Antes de preguntar en voz alta si pasó la mayor parte de mi tiempo sentada sola en el recreo convencer a los insectos que se transforman en Popples, te voy a decir ahora que usted está equivocado. Yo, de hecho, tienen mucha compañía en mi (no) los intentos de metamorfosis del insecto. Intereses esotéricos, al parecer, se la llama a la polilla de la parentela de bicho raro.
Rusia factor enormemente en mi juventud. Aparte de los temas de la Guerra Fría, omnipresente en todas las películas de los años 80 vi obsesivamente, y mi alegría sin límites para un país congelado en un invierno sin fin, tuve mi tercer ojo fijo de lleno en la investigación gubernamental sobre los fenómenos psi. Sí, yo era un niño de siete años que acarreados en torno a un ejemplar en rústica de los Descubrimientos Psíquicos Detrás de la Cortina de Hierro y opere cualquier adulto sin saberlo en mi búsqueda para aprovechar la telekinesis. Para el crédito de mi familia inmediata y un poco asustado abuela, mis repetidos intentos mentales para mover el servilletero de cristal fueron humor graciosamente sobre los panqueques y huevos.
Mis primeros años de vida no era un vano intento de desbloqueo de mi sexto sentido. No, he tenido otros amores - libros a saber, juegos de vídeo y cómics, pero no en la manera de pensar había. Aunque la mayoría de los niños estaban felices ellos pudriéndose en los estados alfa contento delante de la caja tonta, yo estaba estudiando en las novelas de fantasía, inventando pociones y la búsqueda de novelas gráficas para el "conocimiento" que me saque de este reino terrenal. Jean Grey era algo de un héroe pronto para mí, el X-(a) en que más tarde se convertiría en Phoenix tuvo el combo fuente de alimentación de los poderes psíquicos que siempre había querido. La nuestra era una relación de amor / odio que terminó en un amargo resentimiento. (Ella nunca compartió sus secretos!) Que me pasó a mi frenemy ficticios cuando descubrió un libro en la escuela primaria llamada La chica de los ojos de plata sobre un niño con capacidades psi (sorpresa, sorpresa) nace del uso de drogas prenatal. Cue me repetidamente en duda mi pobre mamá en cuanto a la lista de los medicamentos que tomó mientras yo estaba en el útero. Cualquier otra madre hubiera encontrado este alarmante, pero la mía se quedó prendado sólo más.
La tecnología era algo que daba por sentado en ese entonces, ya que su sistema de circuitos de silicio carecía de la magia que tan desesperadamente buscada. Mi padre era un programador de computadoras y siempre tuvimos una gran cantidad de computadoras personales estacionados alrededor de la casa. Uno de mis primeros recuerdos es aún de
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